Hace tiempo que no se le oye demasiado…
No debo hablar mucho. La legislación establece que mi papel tiene que ser de absoluta independencia y por eso se me requirió pedir la baja en el sindicato,en el partido,en cualquier asociación cultural. Que no sé por qué motivo consideran que es incompatible con ser Diputado del Común una asociación cultural… Y entonces yo me comunico a través de las resoluciones que van al Parlamento o que van a las distintas administraciones. Quizá no hayan tenido el efecto en comunicación adecuado,mediático,pero eso es lo que estamos arreglando…
¿No le cuesta a veces?
Mucho. ¿Reprimirme? Mucho. Hago un esfuerzo tremendo porque pertenezco a una generación de políticos… Mire,hay que tomarse en serio esta situación porque es muy delicada y no se puede responder por parte de los partidos siguiendo la rutina de estos últimos años de seguir entendiendo que los partidos forman parte de una partitocracia,que eso es una enfermedad. Y pone en riesgo la democracia. Porque si se queda reducido el partido a convocar a los militantes para elegir delegados a sus congresos o para elegir las listas de sus candidaturas,eso es partitocracia. Donde,además,hay prácticas de intolerancia,de listas negras,de tú como no estás conmigo olvídate de que vas a ser delegado o de que vas a ser candidato. Eso es lo que hay que cambiar si queremos corregir la imagen ante los ciudadanos.
Estos días se cumplen treinta años de la famosa imagen de Felipe González celebrando el triunfo del PSOE con Alfonso Guerra,con una enorme mayoría absolu ta,en medio de una ilusión de los ciudadanos por la política. Han cambiado mucho las cosas en este país desde aquellos momentos.
Se ha producido una sucesión generacional. Y eso ha ido siendo sustituido por personas que,en algunos casos,no tenían experiencia profesional,que en otros eran compromisos en la confección de las listas y… Han profesionalizado la política. Su temor,su riesgo,y de ahí la enfermedad que domina a los partidos políticos,es que si pierden el cargo no saben a dónde irse. Eso ha repercutido en lo que estamos sufriendo de alejamiento de los ciudadanos de los políticos. Los políticos,cuando tenemos un mal resultado electoral,decimos que tenemos que acercarnos al ciudadano. Pero ahí se queda. Pasan los meses y siguen en los despachos.
¿Y qué era lo que más le preocupaba a usted en aquella época?
La seguridad. El tema del terrorismo. Yo era diputado e iba todas las semanas y volvía a Madrid. Los primeros años,por ejemplo,no teníamos sueldo y yo seguía viviendo del sueldo de profesor universitario. Me pagaban los viajes y unas dietas bastante escasas,hasta que ya en la primera legislatura,en la postconstitucional,se estableció el sueldo,la retribución. De manera que en esa época los diputados no teníamos escolta e,incluso,yo cuando iba por la zona de Vegueta en Las Palmas,con calles estrechas,en la mente tenía siempre el temor a un coche bomba a mi paso,por mucha escolta que tuviera. Luego,ya de ministro,sí,llevábamos unos coches blindados,con unas antenas en el techo que aislaban al paso de un posible coche bomba. Pero aquello te creaba una situación de psicosis que no podías evitar.
¿Y qué ha pasado con ese modelo para que,treinta años después,la gente salga a la calle,quiera política sin políticos,periodismo sin periodistas? Se cuestiona la monarquía,la unidad de España…
No,no. Pensar con la superación de la crisis económica se superarán los problemas políticos es un error en el que no deben incurrir los responsables de las principales organizaciones políticas y empresariales. Hay que crear un modelo político en el que haya una participación mayor por parte de la ciudadanía,la democracia representativa tiene que complementarse con la participativa. No es llegar al asamblearismo que determinados movimientos desorientados,juveniles,han exteriorizado en los últimos años,pero sí a una mayor apertura. La crisis económica se superará. Tardaremos a lo mejor más años de los que desearíamos,pero no es posible que cuando se supere la crisis todo siga igual. Y yo que he vivido muchos años la tarea de responsable de un partido pues sé que la intolerancia,la desconfianza o el complejo de inferioridad,lo que sea,son muy diversos y hacen que determinados dirigentes busquen el refugio en núcleos cerrados de esos,duros,y oyen poco al disidente,al minoritario. Eso hay que corregirlo.
¿Y cuando usted mira a su alrededor,a la clase política,de la que ha formado parte,¿de qué les acusaría?
El populismo. Ese es el gran riesgo que veo hoy en la democracia española. Todavía no hemos llegado a eso. No pienso en líderes de ultraderecha porque Europa no lo permitiría,pero sí tenemos ejemplos en esa Sudamérica. Que gente aparentemente progresista luego no resuelva los problemas de la crisis económica,que todavía va a seguir imponiéndose durante algunos años,pues que lleguen las elecciones con mensajes muy simplistas. Porque entonces a los partidos clásicos de progresía o de conservación los arrinconarían para diez o quince años.

¿Qué piensa de las prospecciones petrolíferas?
Ahí lo que hay que discutir es cómo se reparte el beneficio en el caso de que se extraiga petróleo. Pero nadie ha centrado el tema en vamos a negociar con Madrid un cambio en la ley. Yo creo que algunos de los que ahora se oponen rotundamente,si se dice que en lugar de un 40% de ganancias para el Estado,se reparten con la Comunidad Autónoma o los cabildos insulares,a lo mejor cambiarían de opinión.
¿No ha notado un cambio a peor en esa misma clase,la política,aferrada a la ambición personal,con menos visión del bien común?
No creo que haya diferencias cualitativas. El fenómeno de la corrupción,para ser más claros,existió antes en mi generación y existe hoy.
¿Alguna vez alguien se atrevió a ofrecerle un soborno?
Jamás. Nada. Yo tuve la visita,como presidente del Gobierno de Canarias,cuando ni siquiera teníamos una ley de casinos,¡de un grupo de presión de Estados Unidos! Y ahora cuando veo el proyecto de Eurovegas,lo pienso. ¡Ay que ver,qué diferente comportamiento! Ahora se dice: «¿Quiere usted cambiar la ley antitabaco? Pues se cambia. ¿Qué quiere cambiar las leyes urbanísticas? Pues se cambian las leyes urbanísticas». Entonces,para nada. Pero nada. Se había pensado instalar en unos edificios de Miller Elder y destinarlos allí a una gran sala de fiestas y,por otro lado,a la sala de juegos. Eso se excluyó. ¿Por qué? Pues porque era territorio público del Estado.
Usted igual no es consciente. Pero en este país ha sido un avanzado. Quizá es un tema muy personal y no deseo que se sienta molesto,pero usted contaba en el famoso prólogo de un libro que es us ted gay. Probablemente en su tiempo era de los pocos políticos,al me nos de forma pú blica. No sé hasta qué punto es us ted consciente de haber sido pionero.
No,pero viví,como cualquier ciudadano de mi condición o de mi identidad sexual,la inseguridad,el temor. Siendo presidente me venían siempre comentarios. Generalmente,de compañeros de partidos,donde la intolerancia era lo imperante,la homofobia era lo normal. Yo creo que se ha atenuado. Sigue habiendo focos. No creo que porque se apruebe una ley la mentalidad cambie. Y yo recuerdo,incluso,hace poco recordando,porque estaba pensando si escribir o no memorias,y me vino a la mente un hecho. Estando yo de presidente en la primera legislatura vinieron mis asesores de gabinete y me dijeron que había llegado sugerido por un político canario un enviado de una revista sensacionalista de la Península a «averiguar tu condición y tus prácticas». Eso fue lo que me relataron. Incluso localizaron,me dijeron,»a un chico con el que tuviste relaciones». Estamos hablando de los años alegres de Las Palmas de Gran Canaria en torno al bar Derbi en el parque Santa Catalina. Y este chico negó. Yo ni siquiera pude volver a ver a esa persona para agradecerle que no entrara en el juego. Eso era la década de los ochenta,¿eh? Así que si he contribuido,claro que me siento satisfecho. Incluso,cuando yo publiqué esas manifestaciones en ese libro,Esperanza Aguirre era mi presidenta en el Senado,y fue suya la primera tarjeta personal que recibí de felicitación y de apoyo. Por eso digo que simplificar la vida en derechas e izquierdas me parece una cosa tan desfasada… Hablar de la derechona y de la izquierda revolucionaria son cosas que en este siglo deberían desaparecer. Acepto progresistas y conservadores,siempre que no te metas en los derechos propios.
Es usted el político en activo con más bagaje en Canarias. Ha sido presidente del Gobierno de Canarias,ministro,ahora Diputado del Común…
Sí,pero afortunadamente,estoy muy bien de la vanidad. Me gusta recordar,por ejemplo,que formé parte de las Cortes Constituyentes y que participé en el debate constitucional y que rechacé enmiendas limitativas,reaccionarias en mi especialidad,como el cierre patronal o cierta regulación de las huelgas. Y también como defensor en minoría del Estatuto de Autonomía,tanto en las Cortes como en Canarias.
Y en aquella época de las Cortes Constituyentes,¿recuerda algún choque con los elementos más reaccionarios?
Nunca. Yo sí recuerdo que la única persona a la que no saludaba en los pasillos era a Blas Piñar.