MARÍA PLASENCIA.- Las farmacias canarias llevan meses con el agua al cuello por la deuda que el Gobierno autonómico mantiene con las boticas. Entre sus principales preocupaciones está el pago a los proveedores,que tampoco han cobrado los últimos meses la cantidad que deberían. Es el caso de la Cooperativa Farmacéutica de Tenerife (Cofarte),que en estos momentos espera por 70 millones de euros,aunque confía en que se salde antes de fin de mes.
Es una reacción en cadena: el Ejecutivo canario no abona las facturas financiadas por el Servicio Canario de Salud a las farmacias y éstas no pueden pagar a Cofarte la compra de los medicamentos que dispensan,mientras que la Cooperativa se enfrenta a la liquidación de facturas con los laboratorios.
Es precisamente el pago a los fabricantes de los medicamentos lo que más preocupa al presidente de Cofarte,Francisco Quintana,ya que los laboratorios «no permiten ciertas concesiones». Con los fabricantes no vale un retraso,así que el problema del impago se revierte en el otro destinatario de los ingresos de la Cooperativa,el mantenimiento de las instalaciones y el personal.
Quintana explica que «la empresa trabaja con muy poco margen de beneficios,lo que se ingresa que no se destina al pago de facturas se orienta a las nóminas y la infraestructura». Es más,en años de bonanza en los que los ingresos de Cofarte superaron las previsiones,la entidad repartía entre las farmacias ese margen de superávit.
No es el caso de los últimos años cuando,según el presidente de Cofarte,»se ha ido ingresando menos progresivamente»,pero además la situación viene agravada por el impago del Gobierno de Canarias. No obstante la difícil situación por la que atraviesa el sector farmacéutico no es ni de lejos responsabilidad única del Ejecutivo autonómico. Las medidas de ahorro previstas por el Ministerio de Sanidad y la modificación de los precios en constante revisión han provocado que «la cooperativa tenga que reducir gastos»,lamenta Quintana.
Al margen de aparcar proyectos ambiciosos de ampliación y de recortar en bienes corrientes,Cofarte tendrá que bajar los salarios del personal. «Estamos en negociaciones con los representantes de los trabajadores para ver las fórmulas de reducción de sueldo porque el objetivo es no despedir a nadie»,asevera. El responsable de la cooperativa farmacéutica,en la que trabajan unas 140 personas,entiende la preocupación de los empleados y añade que «es la misma que tiene cualquier trabajador en estos momentos de crisis». Por eso,además de la negociación,la empresa mantiene contacto permanente con las asambleas de personal con la intención de explicar las medidas que se llevan a cabo,tanto desde la propia cooperativa como por parte de las administraciones públicas.
Entre las herramientas que busca Cofarte para reducir el impacto de los problemas de las farmacias en sus empleados se encuentra la búsqueda de otros ingresos. En ese sentido,explica que se intenta aumentar la venta de parafarmacia. Cofarte no solo distribuye medicamentos. «Suministramos especialidades,productos químicos,veterinaria,perfumería y homeopatía»,explica Francisco Quintana,quien puntualiza que dentro del volumen de ingresos,»apenas suponen un 20%,frente al 80% de los fármacos».
Precisamente son los medicamentos los que están sufriendo un mayor número de modificaciones. Las intenciones de ahorro de las arcas públicas tienen como principal repercusión una bajada de los precios. Las medicinas que se encuentran financiadas por el Servicio Nacional de Salud se enfrentan a una revisión mensual de manera que cada laboratorio puede ofrecer el precio más barato y,como consecuencia,el resto que fabrica el mismo tipo rebaje el suyo.
Esta medida provoca una reducción de los ingresos de las farmacias y,en consecuencia de la cooperativa,pero los costes son los mismos. «Hay que tener en cuenta que un paquete de chicles es más caro que una caja de paracetamol,pero la producción es más costosa»,señala el presidente de Cofarte.
A ello se suman las dificultades que supone para la distribución el hecho de que Canarias sea un territorio insular,lo que encarece el producto. En el caso de la provincia tinerfeña,en la que distribuye Cofarte,el principal temor de las boticas es el desabastecimiento de los medicamentos. Así lo han indicado en numerosas ocasiones los representantes de las farmacias y el presidente de la Cooperativa en la que se almacenan lo confirma: «Está cerca ese momento».
Quintana argumenta que «por ética y compromiso»,la empresa no puede negarse a dispensar medicamentos pero añade que «llegará un día en que la buena voluntad no es suficiente si no hay dinero y habrá que cerrar el grifo». En es sentido,asegura que el reparto en las islas capitalinas se está efectuando en las mismas condiciones que en Tenerife,salvo por que el margen de beneficios en esos territorios es mucho menor. «En El Hierro directamente no ganamos nada»,afirma Quintana,quien concluye que «todos los problemas de las farmacias canarias los tienen también el resto de boticas españolas».