El pasado Viernes Santo fallecía en el Hospital Universitario de Canarias y hoy,poco después de las tres de la tarde,su cuerpo fue sepultado en la sede catedralicia en un acto al que han asistido los hermanos del difunto,Aureliano y Lola Fernández,junto a otros familiares.
El obispo Bernardo Álvarez presidió la celebración junto al obispo de Canarias,Francisco Cases; el de Plasencia,Amadeo Rodríguez (diócesis para la que fue ordenado sacerdote Felipe Fernández); el obispo de Astorga,Camilo Lorenzo (diócesis en la que nació); el vicario general de Ávila,diócesis en la que el obispo Felipe inició su ministerio episcopal,además del clero diocesano y diferentes sacerdotes venidos de otras diócesis.
También asistió a la misa,entre otros,el presidente del Gobierno de Canarias,Paulino Rivero; el presidente del Parlamento de Canarias,Antonio Castro; el del Cabildo de Tenerife,Ricardo Melchior; el alcalde de La Laguna,Fernando Clavijo,y otros regidores municipales; el subdelegado del Gobierno,Guillermo Díaz,y el teniente general César Muro,jefe del Mando de Canarias.
El obispo,al comienzo de su homilía,leyó un mensaje enviado por el Papa Benedicto XVI a través de la Nunciatura Apostólica en el que se hacía eco de haber recibido “la triste noticia” del fallecimiento del obispo emérito,al tiempo que hacía llegar su más sentido pésame y su cercanía espiritual a sus familiares,así a los que fueron testigos de su dedicación pastoral,primero en Ávila y luego en la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna.
El Santo Padre,a la vez que ofreció “fervientes sufragios por el eterno descanso del difunto prelado”,les otorgó con afecto “la confortadora bendición apostólica como prenda de esperanza y fe en el Señor Resucitado”
Durante su homilía,Bernardo Álvarez destacó algunas características de Felipe Fernández. Así,expuso que era “un hombre de fe,una persona de Dios y para Dios”. “Desde la fe entregó su vida al servicio de los demás y esos talentos los orientó siempre al servicio de la predicación del evangelio”,agregó.
Hizo también referencia a sus talentos humanos para la literatura,la música y el gusto artístico,a la vez que resaltaba su gran libertad para decir lo que pensaba y sentía.
Por otro lado,sintetizó algunas de las labores pastorales más importantes desarrolladas por su predecesor en los catorce años que estuvo de pastor nivariense. Así,citó el Sínodo Diocesano,su preocupación por que hubiera equipamientos pastorales en las nuevas zonas de implantación humana,su celo por el cuidado del patrimonio,la creación de la nueva sede del Archivo Diocesano,el impulso al culto del Hermano Pedro que fue canonizado durante su episcopado,los setenta sacerdotes que ordenó,su preocupación por el seminario y su contribución a lo que hoy es el Instituto Superior de Teología.
En otro momento de su homilía,Álvarez puso el acento en los últimos años de vida de monseñor Felipe y quiso terminar su intervención citando las palabras dichas por su predecesor en su despedida de la Diócesis,el 28 de agosto de 2005: “Seré siempre y me sentiré siempre obispo emérito de esta querida Iglesia Diocesana de San Cristóbal de La Laguna. Por vosotros oraré continuamente y a vuestra oración me encomiendo confiadamente”.
Inhumación del obispo
Al finalizar la misa,portado por varios sacerdotes tras recorrer el templo,el féretro fue llevado a la parte designada para la inhumación del obispo. La tumba de monseñor Fernández García fue instalada en el antiguo ante presbiterio,justo delante del coro actual del templo,a los pies de la imagen de la Virgen de La Concepción.
En la misma firmaron como testigos el obispo,Bernardo Álvarez; el deán de la Catedral,Julián de Armas; el presidente del Gobierno de Canarias,Paulino Rivero; el presidente del Cabildo de Tenerife,Ricardo Melchior; el alcalde de La Laguna,Fernando Clavijo; el hermano del obispo Felipe,Aureliano Hernández García,y el secretario general-canciller de la Diócesis,Víctor Álvarez.
El propio Víctor Álvarez introdujo en un recipiente en forma de tubo el historial biográfico del episcopado del obispo Felipe,una copia del mensaje del Papa leído en la celebración,un acta del Cabildo Catedral relatando las últimas jornadas desde el fallecimiento del obispo hasta su sepultura,y el acta recién firmada que daba fe de la sepultura de Felipe Fernández.
Por última vez se abrió su féretro para introducir el documento. Posteriormente,varios foseros introdujeron en la tumba abierta el ataúd,momento en el que los presentes irrumpieron en un sentido aplauso. Cuatro grandes losas de hormigón armado custodian el descanso eterno del XI Obispo de San Cristóbal de La Laguna.
En la liturgia de la misa exequial participaron personas significativas del episcopado del obispo Felipe,entre ellas,varios sacerdotes que le acompañaron durante su enfermedad,su secretario,el primer presbítero ordenado por el prelado,el vicario general que estuvo durante la mayor parte de su episcopado y el primer diácono permanente ordenado en esta Diócesis.