El Barcelona le ha regalado una exhibición a su hinchada en la 46ª edición del Trofeo Joan Gamper,disputado ante un Nápoles que este año disputará la Liga de Campeones,pero que solo pudo asistir impotente a la 'manita' que le endosó un equipo plagado de jóvenes promesas.
A cuatro días de disputar ante el Oporto la Supercopa de Europa,el equipo de Guardiola se medía a una buena piedra de toque y el resultado fue una plácida fiesta para deleite de la afición local,que tuvo tiempo para aplaudir el primer tanto de Cesc en su vuelta a casa o un nuevo doblete de un Messi que no entiende de partidos amistoso.
Con promesas como Montoya o Kiko Femenía en la alineación y un Iniesta angelical,al equipo azulgrana apenas le costó diez minutos anular por completo al Nápoles,mero espectador y víctima de una tunda considerable. Antes de la media hora,Fábregas remató a placer un pase de la muerte de Adriano y acto seguido Keita cabeceó a la red un centro de Iniesta.
El equipo napolitano continuó hechizado tras el paso por vestuarios y el Barça mandó el balón a la madera tres veces casi seguidas,la última a través de un lanzamiento de falta de Messi cuyo rechazo llegó franco para que anotará Pedro de cabeza. El orden se invirtió en la siguiente jugada,con el canario pisando línea de fondo y metiendo un pase raso para que el argentino anotara a placer.
A falta de un cuarto de hora,Messi recogió un pase en la frontal,pisó área y fusiló a De Sanctis con un latigazo cruzado a ras de césped. El quinto gol cerraba una goleada que ilustra el buen momento de forma de un Barça que nunca se desnaturaliza aunque jueguen canteranos poco habituales como Sergi Gómez,Cuenca o Bartra