Es posible que muchos o algunos de vosotros,novatos en este mundo complejo de la política pero con principios y valores morales firmes,hayáis sentido la inquietud de protagonizar el liderazgo del tan anhelado cambio en positivo que demanda la sociedad,ya que todos aspiramos a una vida mejor,con respeto,armonía,paz y progreso.

Sin embargo os prevengo porque lo que realmente ha venido ocurriendo sucesivamente es que personas que en principio no eran inmorales,ni corruptas ni delincuentes,sino gente honrada,honesta,con principios y convicciones,e incluso algunos con logros significativos en su vida profesional,terminaban por claudicar,alejándose de la gente e iniciando un sendero que dejaba a un lado la decencia.

Sencillamente se transformaban,el sistema los absorbía,los trituraba,les despojaba de sus principios y valores y terminaban formando parte del mismo. Al final,su orgullo les impedía reconocer que se habían equivocado y se negaban a abandonar el barco,cuando lo correcto hubiese sido enfrentarse al error,pedir disculpas y regresar a sus domicilios u ocupaciones habituales. Pero podía más el deseo de sumarse dócilmente a los privilegios que tiene la “casta de los políticos” que la voluntad o el coraje para salirse. Terminaban siendo soldados de la causa,que se auto-engañaban y engañaban justificando lo injustificable.

Os aconsejo que tengáis la humildad de abandonar el camino inadecuado si no os conduce al lugar soñado,o reconocer que es imposible realizar los cambios correctos y buscar otras vías que no pasen por renunciar a los principios y valores ni entregar lo que os queda de dignidad.

La política es necesaria,es la herramienta de cambio por excelencia,pero se puede hacer de otra forma y mucho mejor. Se puede hacer bien o como se ha venido haciendo hasta ahora. Cada uno de vosotros elige a qué barco se sube y cómo enfrenta los desafíos de la sociedad. No existe obligación alguna de jugar del mismo modo que los demás. Ese es el mito que han creado los que están adentro,los que mueven los hilos y los que manejan el cotarro,para derribar a los que intentan quitarles privilegios y sacarles poder. Ellos piensan que hay que seguir haciéndolo a su manera o no hacerlo.

Os quiero decir algo importante. Los hombres que cambiaron el mundo en serio,los que lograron las grandes transformaciones no son los que hicieron lo mismo que los demás,sino los que se animaron a indagar por otras variantes. Los innovadores,los pioneros,los audaces,los provocadores,los trasgresores,esos que en su tiempo fueron catalogados de locos,y décadas después reconocidos sus méritos.

Si realmente sois inteligentes,idóneos y decentes no debéis seguir las indicaciones ni los ejemplos de los hasta ahora poderosos mandamases,dueños y manipuladores del sistema,los que han fracasado y han conducido el barco a la deriva. No aceptéis sus invitaciones a entrar a formar parte del sistema porque para esta gente la consecución de los votos se antepone a la ética,a la estética y a la verdad. Han prostituido la verdad.

Estos poderosos mandamases han comprado,con bastante habilidad y dinero público,el favor de mucha gente. Han entusiasmado a base de presuntas ayudas,subvenciones,subsidios,…. a muchos incautos ciudadanos que terminan por pensar que el gobernante de turno es tan “efectivo y tan bueno” que merece la pena votar por él.
Pero lo que realmente vale la pena es abandonar ese barco,
porque no podéis sentiros orgullosos de ir a buen puerto cuando las maneras o las formas han sido incorrectas e indebidas. Sólo los inmorales pueden aceptar la llamada de los poderosos mandamases. Y aunque os parezca que se necesita mucho coraje,determinación y perseverancia para tomar esta decisión os aseguro que,en el fondo,es muy sencillo. Sólo basta que la brújula interior os indique la dirección de la decencia.

P.S.: A la hora de la votación descartaré toda lista que incluya a personas que hayan gobernado ocho o más años. También apartaré a quienes han mentido,han ocultado la verdad o se han negado a ser transparentes en su gestión pública. Poco o nada me importará el nombre,el apellido o el partido al que pertenezca.

Agulo,a 26 de abril de 2011. Sebastián Hernández Vera