Curiosamente,los fósiles de los caracoles terrestres se han convertido en uno de los mejores indicadores del clima del pasado. Yurena Yanes es investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-UGR) y autora del trabajo divulgativo El paleoclima de Canarias que se publicó en el último número de Makaronesia,el Boletín de la Asociación de Amigos del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife.
La investigadora remarca que este documento es la “versión divulgativa de un trabajo publicado en Cuaternario Research sobre una investigación que realizó en Estados Unidos”,donde estuvo trabajando durante cuatro años en el laboratorio de isótopos estables en Dallas,Texas. “Allí tratábamos de utilizar las conchas de los caracoles terrestres fósiles de las islas orientales de Canarias y analizarlas para extraer de ellas información sobre las condiciones climática que dominaban en el pasado”,explica la investigadora. Las conchas estudiadas tienen una datación de unos 50.000 años y se han conservado gracias,precisamente,a las condiciones climáticas y de humedad de las Islas.
Hay que destacar que las conchas de caracoles terrestres se pueden preservar durante miles o milones de años. “La concha está formada de carbonato cálcico que tiene átomos de carbono y oxígeno con distintos isótopos,es decir átomos de un mismo elemento químico pero con distintos números de neutrones en el núcleo. Todos los átomos de oxígeno no son iguales; unos son más pesados porque tienen más neutrones y otros más ligeros porque tienen menos. Pues la combinación de isótopos ligeros y pesados se modifican en función de las variaciones ambientales”,instruye Yurena Yanes. Por este motivo,las conchas fosilizadas de los caracoles terrestres dan una información privilegiada sobre las condiciones climáticas de Canarias hace 50.000 años. Tras años de estudio de estas muestras,se concluye que en “función de las variaciones de isótopos del oxígeno de las conchas cuaternarias de las islas orientales,se ha podido inducir el paleoclima de los últimos 50.000 años en Canarias”. Como resultado,la científica expone que los datos recogidos “sugieren que la humedad relativa,en líneas generales,ha decrecido progresivamente hasta desembocar en las condiciones semiáridas que hoy caracterizan las Canarias orientales”. En este mismo sentido,añade que “el proceso de aridificación propuesto concuerda no solo con la conocida pérdida de humedad en el vecino Sáhara,sino también con el progresivo retroceso de la diversidad y la reducción del tamaño de las conchas durante el mismo periodo temporal”. Esto demuestra claramente que las conchas de caracol terrestre pueden ser un gran instrumento para estudiar el clima del pasado. Y viene a demostrar,también,que las Islas han sufrido un importante cambio climático en los últimos 50.000 años,“lo que pasa es que este cambio climático no era consecuencia directa o principal de las actividades del hombre como ha ocurrido con el cambio que se ha visto en las últimas décadas con el anormal calentamiento del Planeta”.
La investigadora asegura que el uso de conchas de caracol fosilizadas para determinar condiciones climáticas del pasado es algo que no realizan sino tres o cuatro grupos de investigación en todo el mundo. Y remarca que Canarias puede ser un laboratorio muy interesante para este tipo de estudios,pues se ha conservado gran cantidad de estos fósiles y los datos obtenidos se pueden extrapolas a otras zonas del planeta como es el caso del Sáhara.
Una revista divulgativa
La publicación Makaronesia se inició en 1998,con el número 0,y tiene carácter anual. Se trata de una revista donde tienen cabida artículos sobre Ciencias Naturales,expediciones naturalísticas y otras temáticas relacionadas con el medio natural y la cultura en general,tanto sobre los archipiélagos macaronésicos (ámbito principal del boletín) como acerca de otras regiones del mundo,dentro de sus secciones El mundo que nos rodea o Miscelánea. Destaca en ella su notable calidad fotográfica y el nivel de los artículos,que son de alta y media divulgación científica. El número 13 contiene,entre otros textos interesantes,una entrevista a Alberto Brito Hernández,catedrático de Biología Marina de la Universidad de La Laguna,todo un referente en lo que atañe al medio marino de Canarias y del resto de la Macaronesia.