Llegamos al 15 de octubre y cada año, salvo honrosas excepciones en el marco de asociaciones de mujeres o en el ámbito científico, redescubrimos el mismo escenario: actos conmemorativos y artículos que, sin mayor interés en su contenido, parecen rememorar lo que fue una especie extinguida, ni siquiera en vías de extinción.

Porque, ¿qué significa ser mujer rural en Canarias en estos momentos?

¿Sabe el Gobierno de Canarias, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca, quiénes son las mujeres rurales de hoy? La respuesta es no. Lejos de esa idea estereotipada de las mujeres con sombreros trabajando en las zafras de los tomates, o por las veredas y caminos del campo cargando pastos para el ganado, o vendiendo pescado, ¿cuál es la realidad de hoy de la mujer rural en nuestras islas? ¿Son mujeres que viven en el campo, viven del campo, son empresarias o son asalariadas?

¿Qué datos tiene el Gobierno regional? ¿Cuántas son las mujeres empresarias del sector primario en Canarias? ¿Qué grado de éxito tienen los proyectos iniciados por mujeres que trabajan en el campo? ¿Siguen las mujeres ocupando un lugar secundario en la emprendeduría y, por tanto, son trabajadoras asalariadas en la mermada actividad agrícola de nuestras islas?

En definitiva, ¿tiene el Gobierno un diagnóstico de la realidad de las mujeres en el mundo rural en Canarias? Y lo más importante tras el diagnóstico: ¿cuál es el plan de acción y cuáles son los objetivos del Gobierno? ¿Existe un plan de apoyo a las mujeres específico en el ámbito del campo canario o se limita el Gobierno, la Consejería responsable del sector primario, a trasladar a las convocatorias de subvenciones de fondos públicos un porcentaje mayor para las mujeres valientes y osadas a las que se les ocurra la feliz idea de emprender una iniciativa de desarrollo profesional en el mundo rural? Estamos ante algo que, además, viene impuesto por la normativa europea.

¿Toda la política regional se limita a un tuit para visibilizar y reconocer a las mujeres rurales? ¿Reconoce o, mejor, conoce el Ejecutivo cuáles son los problemas de las mujeres en el campo canario? Necesidades de servicios públicos de escuelas infantiles, centros de atención a personas dependientes, que permitan a muchas mujeres tener la misma autonomía que las que trabajan en las ciudades donde se ofertan mejores servicios, formación de las mujeres emprendedoras, programas de apoyo o acompañamiento a la emprendeduría de oportunidades de negocios… ¿Hay un proyecto o un plan para el empoderamiento de las mujeres rurales?

El Gobierno de CC continúa sin despejar ni una sola de todas estas incógnitas y de esta manera no avanzaremos nada. Si el Ejecutivo de CC se empeña en permanecer en la idea simplona de alegrarnos porque las mujeres del campo ya no son como en las décadas pasadas, mal vamos, porque ni campo ni el mundo rural son lo que eran, como tampoco las mujeres ni los hombres que trabajan en él.

Pediremos al consejero responsable del sector primario que nos explique en la Cámara autonómica cuáles son las previsiones, y también al responsable regional de Gobernación, Justicia e Igualdad por esas políticas de apoyo a la mujer rural desde el Instituto Canario de Igualdad.