Después de siete meses un tanto alejado de los focos mediáticos a causa de una grave lesión de rodilla, Javi Beirán prepara paulatinamente su regreso a la actividad profesional. En medio de un concienzudo e incansable proceso de recuperación para llegar en plena forma al inicio de la pretemporada con el CB Canarias, el alero se deja ver estos días por La Gomera. Lo hace para participar de lleno en su propio campus, una iniciativa auspiciada por el CB Isla de La Gomera en colaboración con el Cabildo Insular colombino y por el Ayuntamiento de San Sebastián. En esta entrevista el madrileño habla de las vivencias de estos días, de cómo está siendo su larga puesta a punto y también de cómo afronta, individual y colectivamente, una nueva temporada con el cuadro canarista.

¿Cómo está Javi Beirán?

Pues con muchas ganas de empezar, contento por cómo han ido los siete meses de recuperación, pero a la vez con paciencia, sabiendo que debo seguir trabajando todo este mes. 

¿Qué le lleva a hacer su propio campus y además en La Gomera?

Ya estuve en la Isla hace dos años y pude comprobar cómo funcionaba el CB Isla de La Gomera y conocer que hasta hace unos años el baloncesto casi había desaparecido en la Isla. Y eso me convenció para venir y hacer cosas. Nos hemos encontrado con una gran respuesta y muchas facilidades y posibilidades que no se dan en otros campus, desde tener casi pegados el pabellón y la residencia, la playa muy cerca, el poder hacer una excursión al Parque Natural de Garajonay que es alucinante… 

¿Contento por tener a más de 100 campistas en esta edición?

Estamos encantados. Ha sido alucinante la respuesta. Hace prácticamente dos meses que tuvimos que parar las inscripciones y quizá lo más destacable es que haya niños de 20 clubes diferentes, algo que nos puede ayudar a crecer para futuras ediciones. Los niños se lo pasan genial, pero yo también porque a veces simples gestos y palabras suyos te ayudan muchísimo y te hacen disfrutar más. Para mí es un placer estar con ellos y creo ellos están encantados. Esa es la idea, que se vayan a sus casas hablando bien del campus y de la Isla, para que el campus se consolide y el baloncesto en La Gomera enganche a más niños.

 ¿Y qué sensaciones se lleva de su campus?

Muy positivas. Muchos niños se dan cuenta de que los jugadores profesionales somos más cercanos de lo que pudiera parecer y a mí, particularmente siempre me ha gustado estar cerca de la cantera. Además, y como la recuperación de la rodilla va según lo previsto he podido jugar con ellos  

Precisamente, ¿llegará Javi Beirán en plenas condiciones al inicio de la pretemporada?

Sí, mi idea es estar al cien por cien cuando empecemos a mediados de agosto. Ser uno más de la plantilla. Sé que me tocará trabajar un poquito más cada día de lo que me queda de carrera para fortalecer la zona y estoy totalmente mentalizado de ello. Soy consciente de que cuando empecemos a trabajar y cuando vuelva a jugar un partido todo el mundo me preguntará por la rodilla, pero mi idea es no pensar en ella porque estoy convencido de llegar a tope. 

¿Se podría catalogar a Javi Beirán como el mejor fichaje del Iberostar Tenerife 2017/18?

Ojalá. El año pasado solo pude jugar unos tres meses, y gracias al trabajo de todos no se notó mi baja. Esperemos volver a estar al nivel que estaba y ser importante para el equipo como creo que lo he sido en los últimos años. 

Inicialmente estaba en la lista de Sergio Scariolo para esa selección B que trabajará en los próximos días, pero al final su nombre desapareció de ella…

Llevaría más de siete meses sin competir y mi objetivo es estar al cien por cien en la pretemporada. Ya luego luchar por ganarme un puesto en la convocatoria a partir de noviembre con las ventanas FIBA. Por eso, entre todos los que han trabajado conmigo este tiempo, decidimos que no era lo más adecuado estar ahora junto a jugadores que llegan a tope. 

¿Fue complicado dar ese paso al costado?

Lógicamente no fue una decisión fácil decir que no, pero tuve que pensar en lo mejor para mi rodilla y seguir trabajando dentro de los plazos previstos. Tengo que confiar mucho en los médicos y los fisios que me han estado llevando y aunque a mí me parezca que estoy para jugar, este tipo de lesión lleva detrás mucho trabajo extra. Creo que me quedan bastantes años de carrera y preferí pensar que lo mejor era esperar y cogerlo con mayores ganas más adelante. Ha sido muy duro no poder estar como jugador en muchas de las cosas que se han logrado este año, pero me quedo con que todo sufrimiento tiene su recompensa. 

¿Cuál ha sido la parte más dura de este trayecto de siete meses?

No sabría decir cuál ha sido porque pasas por muchos momentos malos. No es fácil que todos los días te estén preguntando cómo estás, ni bueno que tu cabeza siempre piense en la rodilla, aunque inconscientemente mi vida en estos siete meses ha cambiado por ella. El momento de la lesión y los días posteriores fueron muy duros, y en muchas ocasiones se me han caído las lágrimas viendo al equipo jugar y no poder estar con él, y más cuando se ganaba tanto y nos lo pasábamos tan bien en la cancha. Recuerdo estar en casa recién operado, ver el pabellón lleno contra el Barcelona y ponerme a llorar. Estás más sensible a todo, y cualquier cosa te afecta más. Tienes apoyos por un montón de lados, pero al final eres tú el que tienes que sacar un poco de fuerza para no decaer. 

¿Llega a ser cansino ese esfuerzo viendo que de un día a otro apenas se avanza en la recuperación?

Después de tantos días haciendo lo mismo es muy fácil rendirte porque además cuesta ver esos avances. Por ejemplo, me he pasado un mes haciendo los mismos ejercicios todos los días sin saltarme una sola rutina, y he hecho locuras con tal de poder entrenar porque en mi cabeza me planteé esto como un reto. Que si tenía que hacer cuatro series no dejarlo en tres. Seguramente por un día no pasaba nada, pero no… Al final le he cogido cariño a esos entrenamientos tan duros aunque lo que realmente deseo es volver a jugar. Tienes que pensar en todo lo bueno que está por venir si sigues trabajando bien. 

Da la sensación que en lesiones como la suya lo psicológico es incluso más importante que lo físico…

El aspecto psicológico es muy importante sí, porque al final es como si trabajaras tú solo y con muchas cosas que te vienen a la cabeza. Y por eso prefería apartarme un poco de esas preguntas y de esas situaciones hipotéticas. Por ejemplo, no he vuelto a pensar qué hubiera pasado si no hubiese jugado los últimos segundos del partido contra el Murcia. La cabeza te lleva a muchos sitios que debes controlar; y a veces es la parte principal de tener o no ganas para hacer los ejercicios. 

¿Y en ese aspecto, ayuda tener a una persona como su padre José Manuel, que es psicólogo deportivo?

Siempre me ha ayudado como padre, pero es que él y uno de mis dos hermanos tuvieron esa lesión, y creo que los que lo han vivido son los que más lo entienden. Pocas veces le he pedido ayuda como si acudiera a un profesional, pero sí que he trabajado con él algunos aspectos, y la verdad que me ha dado tranquilidad en muchos sentidos. 

En todo este tiempo también habrá podido mejorar otros aspectos de su juego y de su baloncesto…

Sí, primero la cabeza. Creo que todo lo que me ha tocado vivir con 30 años, y en la mejor temporada de mi carrera, me han ayudado a madurar. He tratado de ir poco a poco porque sé que no puedo pretender estar igual en el primer partido que antes de la lesión. A nivel físico he mejorado y he ganado fuerza en muchas carencias que tenía, como los glúteos, los isquios, los cuádriceps, los gemelos, la postura de las rodillas… Me noto fuerte y seguro, y por eso estoy tan contento, porque me siento mejor físicamente, con menos debilidades físicas que las que podía tener antes. 

Aunque haya que tener paciencia, ¿hay posibilidad incluso de ver a un Javi Beirán mejor que el de antes?

Pues ojalá. La idea es esa, volver a estar igual o mejor porque también he tenido más tiempo para trabajar el tiro, las paradas, el bote… e incluso para ver y analizar partidos desde fuera. Esa calma y esa tranquilidad seguro que me vienen bien, aunque lógicamente tengo que volver a jugar. 

“Mi idea es estar al cien por cien cuando empecemos la pretemporada a mediados de agosto”

¿Se puede decir entonces que esto ha sido como un periodo de reciclaje?

En plan broma he dicho que después de más de 10 temporadas como profesional tocaba descansar, y que esto ha sido un parón para poder aguantar hasta los 40. Seguro que todo este esfuerzo físico y básicamente la rutina y hábito de trabajo adquirida me van a venir bien de cara al futuro, no solo para la rodilla. 

Con tanta dedicación a su recuperación, ¿le ha quedado tiempo para descubrir nuevas aficiones en lo personal?

Principalmente me ha dado tiempo de estudiar segundo curso de Periodismo en la Universidad de La Laguna. La verdad que entrenar entre cuatro y seis horas al día y luego llegar muerto a casa y ponerte a estudiar me ha costado. Pero me lo he tomado como una forma de desconectar y salir del mundo en el que estaba. También he terminado viendo muchísimos partidos. 

En lo estrictamente deportivo, ¿le sorprendió el paso al frente dado por el resto del Iberostar Tenerife cuando usted se lesiona?

Es cierto que yo venía de jugar muchos minutos, pero habíamos demostrado que éramos un equipo que destacaba de forma colectiva, no gracias a un solo jugador. Y eso se vio luego con muchos compañeros sobresaliendo en días distintos. Sé que estaban capacitados para seguir adelante, todos dieron su pasito y ganaron en importancia. 

“Me noto fuerte y seguro, y por eso estoy contento, porque me siento mejor físicamente, con menos debilidades que las que podía tener antes”

¿Llegó a imaginar si con usted hubiera habido otro salto de calidad?

No lo pensé en su momento porque eso significaba, en parte, machacarme interiormente. Ya con distancia sí creo que podía haber ayudado, tanto por mi estilo de juego colectivo como por tener una baza más dentro de un equipo con muchas variantes. Pero a la vez es complicado imaginar una temporada mejor con todo lo que se hizo. 

Se le notaba sufrir en una esquina durante los partidos en el Santiago Martín…

Sí, lo pasé muy mal. Nunca me quise desvincular del equipo y sí estar en el día a día, pero en el fondo se hace muy duro no poder hacer nada, solo apoyar y en ciertos momentos tratar de rebajar la tensión de los compañeros. Incluso algunos árbitros ACB me han recordado que desde la banda protestaba mucho más que en la cancha, y es cierto porque cuando no puedes hacer nada te pones más nervioso; mucho más que estando en el banquillo. He tratado de estar ahí y sí he notado que cuando iba al vestuario y daba mi impresión siempre me han escuchado y tenido en cuenta. 

Se le puede considerar entonces como un partícipe más de los logros del equipo…

Me siento muy partícipe, sí, aunque sea viviéndolo de otra forma. A mí me tocó no jugar y pasarlo muy mal desde fuera, pero espero que gracias a eso sea más fuerte de cara al futuro. 

Con tan buenos resultados, ¿es lógico perder varias de las piezas importantes de este curso? ¿Cómo puede afectar a las opciones del equipo?

Es normal que haya cambios, sea después de un año bueno o de un año malo. Al final los clubes son empresas y en nuestro caso debemos estar orgullosos de que algunos compañeros se hayan marchado a conjuntos de nivel superior. Se habla de desbandada, pero mantener a ocho jugadores es algo muy positivo, y ese bloque que se mantiene resulta muy importante. Los fichajes seguro que tendrán un gran peso, pero a la vez se tendrán que acoplar a nosotros porque sin estar apoyados en esta base no lograremos nada. Es muy bonito vivir un año extraordinario, pero lo que hace grande a un club es estar de forma regular entre los mejores, y eso debemos hacer, consolidarnos. Lo primordial, como siempre, es mantener la categoría, pero debemos aspirar a estar de media tabla hacia arriba, luchar siempre por retos como el play off y la Copa del Rey. Eso sí, ha que olvidarse de lo que ocurrió el año pasado, que solo lo utilice el club para haber enganchado a más aficionados y empresas. 

Precisamente lo positivo es que la mayoría de los que se quedan ya tienen un amplio recorrido dentro del club…

Así es. Muchos acumulamos más de dos años, algo clave porque no solo la adaptación es más sencilla sino que además hay más confianza y nos podemos decir más fácilmente las cosas a la cara. Y eso, con un entrenador nuevo, es importante, además de que seguro que Nenad se beneficiará del bloque que ya existe. Estamos en un club muy familiar en todos los sentidos, lo que ayuda a que todos vayamos en el mismo camino. 

Aunque todavía no lo conozca personalmente, ¿qué sensaciones le da Markovic?

Sé que en Turquía ha hecho buena temporada y que como todos los entrenadores balcánicos seguro que es duro y exigente. Tratará de implantar su estilo desde el principio y por lo que me han dicho tiene mucho en cuenta la defensa, que es donde se basan los cimientos de los equipos serios. Parece que él es muy serio y le gusta trabajar, y tenemos que estar preparados para ello y ayudarle como a cualquiera que llega nuevo a un sitio. 

Otra vez tocará hacer muchas horas de avión y aeropuerto…

El calendario que ha salido pinta regular, sí. Nos tocará viajar a la frontera de Siria, Letonia, Lituania, puede que Rusia… Serán viajes largos y habrá que ver además cómo nos cuadran los desplazamientos de la ACB. Debemos estar preparados de nuevo, porque este año nadie se quejó de jugar dos competiciones. Esa experiencia, con palizas de viaje y luego ganando muchos partidos fuera, nos debe servir como ejemplo. 

¿Se puede decir que prácticamente hagan lo que hagan el listón dejado el año pasado estará siempre ahí?

Ese listón va a estar siempre ahí, sí. Pero repito, lo ocurrido el año pasado debemos olvidarlo, por lo menos la plantilla, y solo usar lo bueno, como la confianza con la que jugamos. Espero que se repita el ambiente de esta pasada temporada porque me encantaría vivirlo, mientras que en lo deportivo tenemos que ponernos objetivos sin pensar en lo que se logró hace unos meses.