Vettel (Ferrari) por delante de Hamilton (Mercedes). DIEGO AZUBEL EFE

Algo ha cambiado en el Mundial de Fórmula 1. Y es importante. Mercedes no ganó la primera carrera del año, en el Gran Premio de Australia. El dominio absoluto de la marca alemana parece haber cedido. Ahora, Ferrari ha alcanzado a los monoplazas de la flecha plateada y en su debut de temporada incluso ha conseguido superarles. Sebastian Vettel ganó la primera carrera del año, tras un duelo impensable con el triple campeón mundial Lewis Hamilton. El británico partió el primero, pero tras el primer y único cambio de neumáticos perdió el liderato y ya no consiguió recuperarlo. Hamilton acabó segundo, defendiéndose de los ataques de su compañero de equipo, Valtteri Bottas, tercero, más que intentando luchar por la victoria.

La pretemporada no hacía suponer un inicio de campaña como el que se ha producido. Mercedes había perdido solo dos carreras la temporada pasada y en los test de Barcelona parecía el equipo más fuerte y sólido. Sin embargo, ya allí se confirmó una mejora sustancial de Ferrari, que podía permitirle plantar cara a la escudería alemana. En Melbourne, todo eso se confirmó. Hamilton logró la pole, pero con Vettel pisándole los talones. Y en la carrera, la batalla continuó. Ellos dos fueron los grandes protagonistas, manteniendo un duelo a muerte, marcado por las distintas estrategias y por la igualdad entre los dos monoplazas.

Hamilton sufrió y pudo comprobar que su Mercedes ya no es el mejor coche de la parrilla. Se mantuvo en cabeza hasta que en la vuelta 17 decidió entrar en el taller para cambiar neumáticos e instalarse los blandos. Y allí comenzó a perder la carrera. Vettel mantenía un ritmo constante que aceleró durante las siguientes vueltas. Hamilton, en cambio, se situó detrás de Verstappen en su regreso a la pista y eso le condenó. Le acosó, intentó provocar el error del holandés, se mantuvo a rueda de él buscando la ocasión para adelantarle, pero no lo consiguió. El piloto de Red Bull fue cerrando todas las opciones del de Mercedes, mientras Vettel iba ganando el tiempo necesario para entrar en el taller y salir por delante de Hamilton.

Ahí se decidió la carrera. Vettel cambió neumáticos en la vuelta 23ª y con los blandos regresó a la pista habiendo consolidado su primera posición y manteniendo un ritmo de carrera similar y mejor incluso que el de un Hamilton desesperado, que veía cómo se le escapaba la primera victoria. El alemán no subía a lo más alto del podio desde la carrera de Singapur de 2015. Esa es su 23ª victoria y la cuarta con Ferrari. Hamilton sufrió, porque Bottas fue rebajando las distancias con él, aunque nunca supuso una amenaza real. Concluyó a dos segundos del británico, reduciendo así una diferencia que llegó a ser de siete segundos. Mercedes copó la segunda y tercera plaza, pero Ferrari se llevó los laureles.

En la parte media de la parrilla, los dos pilotos españoles lucharon hasta el final para estar en los puntos. Lo consiguió Carlos Sainz. El madrileño partió octavo y concluyó en la misma posición tras una pelea importante con su compañero de equipo, Daniil Kvyat, que acabó noveno, justo detrás de él. Toro Rosso estará en la lucha con los Williams y los Force India, que esta vez, con Massa y Pérez, acabaron por delante del español. Sin embargo, la escudería de Faenza tiene un buen coche y lo puede mejorar en las próximas carreras. “El equipo me pidió que dejara pasar a Kvyat por cuestiones estratégicas y allí perdí siete segundos”, comentó el madrileño. “Al final acabé delante de él, pero vi que no podía competir con el Force India de Pérez. La carrera ha sido una buena lección para mi”.

Fernando Alonso se mantuvo detrás de Sainz buena parte de la carrera, y estuvo en la décima posición, defendiendo su plaza con uñas y dientes. Sin embargo, al final, las escasas prestaciones de su McLaren no le permitieron mantenerse en los puntos y no pudo frenar el acoso de Ocon y Hulkenberg que le adelantaron a cinco vueltas para el final. Fuera de los puntos, Alonso entró en el taller con problemas mecánicos y ya no volvió a salir. Su retirada se produjo en la vuelta 53. Su compañero, Stoffel Vandoorne, tuvo problemas en los inicios de la carrera, pero luego se mantuvo en pista y concluyó 13º, después de que Alonso estuviera a punto de doblarle. McLaren mejoró en fiabilidad, pero sigue lejos de los puntos. La prueba más evidente de ello es que en carrera Alonso rodó casi dos segundos peor que los dos Toro Rosso.

“Al final se rompió la suspensión y tuve que abandonar”, indicó Alonso. “Ha sido la mejor carrera de mi vida, porque mantenerse en los puntos casi toda la carrera, con un coche tan poco competitivo, teniendo que reservar gasolina para poder acabar, obligado a levantar el pie del acelerador un segundo en cada vuelta y viendo como los demás van 35 km/h más rápidos en la recta… Pocas veces volveremos a ver un McLaren en la 13ª posición de la parrilla y luchando por los puntos. Iremos más atrás. Hay que mejorar inmediatamente”. Concluyente.