Guacimara Navarro García

En uno de esos pocos momentos que me da mi cotidianeidad para reflexionar, he estado pensando por qué seguimos las personas siendo maltratadas… Y hay tantas respuestas y ninguna a la vez, que siempre termino preguntándome ¿por qué?

¿Por qué seguimos utilizando el rosa para las niñas y el azul para los niños? ¿Por qué se sigue exigiendo en algunos centros educativos faldas en el uniforme de las niñas y pantalón en el de los niños? ¿Por qué siguen muchas religiones poniendo a las mujeres como objeto de fragilidad y de pecado? Porque la violencia simbólica existe.

¿Por qué la publicidad sigue anunciando muñecas modelo para niñas y coches rápidos y fuertes para niños? ¿Por qué seguimos encontrando en los establecimientos la ropa para niños y para niñas bien diferenciada y nunca hay un pasillo o perchero unisex? ¿Por qué, en vez de dejar de usar el cuerpo de la mujer como reclamo publicitario, cada vez aparecen más hombres desnudos como si eso nos igualara? Porque la violencia mediática existe.

¿Por qué siguen en pleno siglo XXI continúan siendo más bajos los sueldos de las mujeres? ¿Por qué seguimos siendo las mujeres objeto de los mayores índices de paro? ¿Por qué no existen bajas de maternidad, paternidad, lactancia, crianza… para que podamos las personas criar a nuestros cachorros sin sentirnos culpables? Porque la violencia económica existe.

¿Por qué las mujeres seguimos temiendo pasear por una calle oscura? ¿Por qué seguimos disfrutando hombres y mujeres de canciones sexistas llenas de mensajes discriminatorios? ¿Por qué se sigue señalando a las mujeres si van con escote o falda corta? ¿Por qué se bombardea con la imagen depilada, maquillada, entaconada… como estereotipo de feminidad? Porque la violencia sexual existe.

¿Por qué se sigue tratando a las embarazadas como si estuviesen enfermas sometiéndolas a miles de pruebas protocolarias, que no siempre son imprescindibles, sin tener en cuenta su estado natural de salud? ¿Por qué se nos sigue obligando a parir para favorecer la actividad médica sin tener en cuenta nuestra capacidad natural? ¿Por qué se nos miente y se nos infunde el miedo aludiendo a la muerte de nuestros bebés o la nuestra propia sin basarse en la evidencia científica? ¿Por qué? Porque la violencia obstétrica existe.

¿Por qué las mujeres gomeras seguimos teniendo miedo a decir lo que pensamos o a “el qué dirán”? ¿Por qué si queremos estudiar y/o trabajar en la edad adulta no hay facilidades específicas para un sector tan castigado? ¿Por qué algunas de nuestras representantes públicas parecen maniquíes manipulados y se alejan tanto del perfil de la mujer gomera real? Porque la discriminación en La Gomera existe.

¿Por qué los índices de maltrato hacia la mujer no descienden? ¿Por qué se permite todo lo anteriormente expresado desde las instituciones públicas? ¿Por qué se permite ejercer a políticos que insultan, utilizan y trafican con mujeres en puestos de responsabilidad? Porque la violencia física solo es la punta del iceberg.

Guacimara Navarro García, Portavoz de Sí se puede La Gomera.