Mariano Rajoy ha pedido ayuda al primer partido de la oposición, el PSOE, para poder abrir una legislatura que sea «sólida, fiable, duradera y tranquilizadora». El candidato a la investidura ha enhebrado un discurso conciliador, de mano tendida y abierto al diálogo permanente para conseguir que no se «malogren los frutos que con titánico esfuerzo han conseguido los españoles» [lea el discurso en PDF].

El aspirante ha hecho especial hincapié en la necesidad de mantener y profundizar las reformas que, en su opinión, han permitido a España «dar un vuelco» a la situación que padecía cuando él accedió a la Moncloa a finales de 2011.

«España ha mantenido su rumbo», ha dicho, pese a los diez meses de parálisis política, pero «todo tiene un límite», ha advertido antes de recalcar que ahora lo que «está en juego es la piedra angular de nuestra prosperidad». «Bajo ningún concepto», ha insistido, «deberíamos correr el riesgo de que se tuerza el rumbo».

Con estas palabras Rajoy ha intentado alertar del peligro de proceder a derogar determinadas leyes y reformas que, en su opinión, son las que han favorecido la recuperación de la economía española y la vuelta al crecimiento y la creación de empleo. Sin duda su aviso estaba enfocado esencialmente a la reforma laboral.

Convocatoria del Pacto de Toledo

El candidato ha vuelto a mostrar su preferencia por formar un Gobierno de gran coalición y, en su defecto, un pacto de legislatura o gobernabilidad que permita avanzar al país.

«Les invito, a partir de hoy mismo», ha dicho dirigiéndose muy principalmente a los socialistas, «a que abordemos en común algunas materias que reclaman imperiosamente el consenso de todos porque afectan al interés general de los españoles».

En este sentido, ha asegurado que si consigue la investidura, promoverá de inmediato la convocatoria del Pacto de Toledo. Será «antes de fin de año», ha dicho, con el objetivo de acordar las reformas necesarias para garantizar la sostenibilidad de las pensiones.

Igualmente llamará a los interlocutores sociales para compartir con ellos el análisis de la situación económica y social y abordar nuevas medidas que garanticen la creación de empleo y su calidad, así como una mejor asistencia a los parados de larga duración.

Pacto nacional por la educación, en seis meses

También ha ofrecido emprender los trabajos para alcanzar un pacto nacional por la educación y en ese sentido ha explicado que su intención es proponer la creación de una subcomisión parlamentaria que permita elaborar un acuerdo consensuado en el plazo de seis meses y que sirva de base para el citado pacto.

La negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica ha sido otro de los objetivos expuestos. Rajoy se ha mostrado dispuesto a emprenderla cuanto antes y para ello ha asegurado que convocará una Conferencia de Presidentes Autonómicos en el senado para empezar a elaborar un diagnóstico compartido sobre la situación del actual modelo y recabar propuestas para su puesta al día.

Como no podía ser de otra manera, el desafío soberanista y el debate sobre el modelo de Estado ha sido una de las partes más importantes del discurso del candidato. Rajoy ha dicho estar dispuesto «al diálogo y a la cooperación con la generalitat de Cataluña» y, más aún, ha asegurado su intención de «buscar fórmulas que acomoden mejor la necesaria solidaridad interterritorial». En cualquier caso, ha reiterado que «el primer paso hacia soluciones que sean más justas pasa por el respeto a la legalidad y a los derechos de todos los españoles».

Para finalizar, se ha referido a la necesidad de aprobar cuanto antes unos Presupuestos del Estado para 2017 porque, ha recordado, «son la pieza clave de la política económica del país» . Y en este marco ha urgido a no olvidar que el compromiso de la estabilidad presupuestaria no puede ser ignorado por el Parlamento.

Vigencia de los acuerdos

Estos han sido los grandes objetivos nacionales que, según Rajoy, debe afrontar el país en la nueva legislatura, son los que, ha insistido, «requieren que nos pongamos de acuerdo para abordarlos conjuntamente». Él, por su parte, ha asegurado ser consciente de que a partir de ahora se impone el diálogo y «no como un peaje incómodo, sino como una oportunidad», ha dicho, «de consolidar reformas amplias y duraderas».

Ha pedido así «dejar a un lado las consignas para avanzar en el diseño de las soluciones». Y ha añadido: «Parece justo y razonable que quienes no desean repetir las elecciones apoyen esta solución» lo cual no implicará, en su opinión, renunciar a los propios principios ni forzar la voluntad de nadie. «Se trata», ha finalizado, «de abrir una nueva etapa de contribución responsable a lo que es competencia de todos y necesita la colaboración de todos».

Y como punto final ha añadido: «Haré cuanto esté en mis manos para que podamos trabajar de forma conjunta por el bien de los españoles. No me faltará tiempo para escuchar ni atender las inquietudes de todos y tengan la total y absoluta certeza de que sabré interpretar lo que han dicho los españoles. Espero de todos que asuman el mismo compromiso»