Que coincidencias tiene a veces este mundo nuestro tan loco: este año hay juegos olímpicos y un gran incendio en Canarias, como en 2012. Rio será recordado por siempre por los hermanos palmeros como Londres lo fue para nosotros los gomeros hace 4 años. Y es que hay cosas que no se olvidan.

Pero que distinta es esa llama del olimpismo que alumbra los sentimientos de la deportividad, el respeto y la convivencia pacífica de los pueblos en comparación con la destrucción que genera en nuestros montes la de los pirómanos, negligentes y malos gestores.

Sé que muchos nos tratarán de demagogos -estamos acostumbrados- pero preferimos la descalificación que mirar para otro lado, porque los grandes incendios de Canarias van más allá de aquel que mete fuego (criminales que deben ser perseguidos y juzgados) Aquí fuego se aviva con un modelo económico que nos lleva descuidar el campo, las medianías junto a esos montes, mientras primamos la exportación de productos alimenticios; tiene que ver con políticos que salen de su tierra a pedir limosnas para obras o planes de empleo mientras se destruyen puestos de trabajo en el campo; o que sacan una agenda Canaria donde nunca hay ayudas para la protección del  medio ambiente, desarrollo sostenible, energías renovables o una base de hidroaviones permanente.

Y como distintas son las llamas, distintas son las islas y las actuaciones: En La Palma trabajaron casi de inmediato los 3 medios aéreos con base en esa isla, que repostaban en su aeropuerto y cogían agua en embalses destinados para ello y llenos de agua (aquí no tuvimos esa suerte) porque los políticos Palmeros iban a Madrid a “conseguir” cosas para su tierra y no a prostíbulos. En la Palma no habrá bajadas de nivel, ni se llevarán los medios ante una ola de calor, ni habrá prisas para que el político de turno pueda irse a ver los juegos o de vacaciones. En La Palma se luchará hasta el final, y por eso lo extinguirán pronto (no en 2 meses como el nuestro) y muchas de esas cosas pasarán porque los Gomeros (unos más que otros) nos hemos empeñado en que no se olviden las negligencias de 2012. De nuestro sacrificio esperemos que se haya aprendido.

A los amigos palmeros tenemos que advertirles también de lo que pasa después, cuando ya no hay llamas ni políticos paseando en helicóptero: después vienen las promesas de ayudas, ayudas con letra pequeña cargada de requisitos para no dar la ayuda; acciones de rehabilitación de zonas afectadas que durarán lo mismo que una promesa electoral; viviendas afectadas que no se podrán reconstruir porque las leyes en Canarias se están haciendo para el gran empresario hotelero y no para el vecino y su familia (en Valle Gran Rey  más de 80 edificaciones afectadas y ninguna licencia);… y una ola de rabia y solidaridad que se irá apagando (en octubre ya no habrá “lacito” y nadie pedirá base de hidroaviones, ni planes de extinción de incendios forestales, ni ayuda para las casas quemadas) al final solo quedarán los afectados y algunos locos “demagogos” como nosotros.

Pero, amigo palmero, hay algo que nunca puedes permitirte olvidar: EL SACRIFICIO.
D. Francisco José Santana dio su vida para defender su tierra, su monte, pero también la tierra y el monte de todos. Ser agente forestal, bombero, miembro de la UME, piloto de Canadair,… no es un trabajo, es una PASIÓN que lleva muchas veces a entregarlo todo.

En La Gomera tenemos 20 héroes olvidados. Nos permitimos el lujo de despreciar su muerte ignorando las conclusiones de la comisión de aquel incendio de 1984. Dejamos que los errores se repitieran, que los responsables siguieran e incluso que su monumento esté siendo devorado por el óxido mientras miramos para otro lado. Y nuestra condena fue el incendio del 2012 y será los próximos que vendrán hasta que aprendamos a recordar. Por eso amigo palmero: RECUERDA NO OLVIDAR NUNCA.

LaGomeraSeMueve