"Salid a la calle y subid a los tanques", pidió el primer ministro turco a su población EFE

Turquía ha vivido este viernes un golpe de Estado militar. En Estambul o Ankara, las principales ciudades del país, se están produciendo movimientos militares «no autorizados», como confirmó poco antes de las diez de la noche su primer ministro Binali Yildrim en una entrevista de televisión. El servicio de inteligencia turco daba por fracasado el golpe poco antes de las dos de la madrugada, aunque los enfrentamientos y el caos se han mantenido de madrugada.

Un comunicado en nombre del Ejército confirmaba la operación en marcha y declaraba que se había tomado el control de las administraciones para «defender la democracia». Este es el comunicado completo:«Las fuerzas armadas turcas han tomado completamente las administraciones del país para restaurar el orden constitucional, la democracia, los derechos humanos y libertad, el imperio de la ley y la seguridad nacional que fue dañada.
Todos los acuerdos y compromisos internacional siguen siendo válidos. Afirmamos que nuestras buenas relaciones con todos los países del mundo continuarán.»

El presidente turco, Tayyip Erdogan, que se encontraba de vacaciones en la periferia del país, no pudo trasladarse en un primer momento hasta Estambul o Ankara para dar respuesta a la situación ya que los militares sublevados habían tomado el aeropuerto de Ataturk. Pero una intervención por videochat a través del teléfono móvil de una periodista le ha bastado para convocar a muchos miles de personas en las calles para prevenir el golpe. Erdogan ha acusado a los rebeldes de ser cómplices de un grupo terrorista y ha animado a los turcos a lanzarse a plantar cara.

Sobre la medianoche, grandes grupos de manifestantes desafiaban el bloqueo militar del aeropuerto de Ataturk o del puente sobre el estrecho del Bósforo, que divide el país entre la orilla europea y asiática. Precisamente en este punto se han producido momentos de tensión y consecuencias todavía por determinar: los militares sobre el puente han abierto fuego mientras miles de personas se dirigían hacia ellos a pie, en moto, coche y hasta autobuses que se han intentado abrir paso.

En las plazas más emblemáticas de Ankara o Estambul, como es el caso de Taksim, los manifestantes antigolpistas han desbordado a los militares, que han ido abandonando estas posiciones. En otros puntos, testigos y agencias de noticias citan continuas ráfagas y disparos. La franquicia turca de la CNN ha sido ocupada también por militares. Durante la noche, los medios con reporteros en la zona han informado de explosiones en la televisión pública turca, que posteriormente ha retomado su actividad, y sobre el parlamento.

El Gobierno asegura que los rebeldes son una pequeña facción del ejército y que varios de sus líderes han sido detenidos.

Todos los vuelos del aeropuerto de Estambul han sido cancelados. Solo quedó permiso para uno: el que a las dos de la madrugada devolvía a Erdogan a Estambul desde su ciudad de vacaciones, al sur del país. Ese avión estuvo dando vueltas en círculos a unos 20 minutos de la ciudad, haciendo tiempo para que la situación se definiera sobre el terreno. Una vez quedó claro que el aeropuerto estaba tomado por los fieles a Erdogan, el presidente turco puso rumbo a Ataturk y saludó a los ciudadanos que se acumulaban dentro del edificio y en las pistas de aterrizaje.

El presidente turco ha hablado ante los medios tras aterrizar en Estambul. Recep Tayyip Erdogan ha asegurado que el intento de golpe de Estado es «un acto de triación» que los responsables «pagarán muy caro».

«Una minoría de militares ha ido contra la integridad y unidad de nuestra nación», ha asegurado Erdogan. También ha anunciado que se están produciendo arrestos de varios líderes del golpe. Erdogan, además, ha calificado los hechos como una «bendición» ya que le permitirán «limpiar el ejército».

La presencia militar en las calles había sido muy patente para los ciudadanos, especialmente desde la aparición de este vídeo donde un soldado le dice a un viandante «vete a casa, esto es un golpe de Estado».

La función de las redes sociales ha sido importante a la hora de reforzar la resistencia al golpe, a pesar de los cortes del servicio en Twitter, Facebook o YouTube, que en otras ocasiones ya han sufrido ‘apagones’ precisamente a manos de Erdogan en momentos convulsos políticamente.

Turquía es miembro de la OTAN y ha estrechado sus relaciones con la Unión Europea a través del acuerdo en materia de refugiados. Tanto esas administraciones como el gobierno de Estados Unidos han expresado su solidaridad con el gobierno de Erdogan frente al golpe militar.