Andrea Witt.- Vecina de La Calera.-  Puede sonar brutal ese título, es cierto. Pero no lo he elegido para sumar lectores (aunque con el morbo, siempre sube el interés), sino porque estoy convencida de que es lo que va pasar con La Calera, un barrio pequeño y muy peculiar en Valle Gran Rey. Una muerte segura.

Este barrio lleva años a la deriva, casi desde que la carretera general no lo atraviesa, y hoy la mayoría de los turistas que vienen a Valle Gran Rey buscan playa y mar. Con el tiempo muchos de los negocios han cerrado y La Calera se convirtió en un barrio casi moribundo. Eso sí, con unas vistas excepcionales.

El año pasado se organizaron los vecinos del barrio para mostrar a turistas y a vecinos de Valle Gran Rey que vale la pena visitar La Calera. Prepararon fiestas del barrio, eventos de música, un proyecto de murales y puertas pintadas, y se elaboró un mapa que permite a los turistas ubicarse en este barrio lleno de escaleras y callejones escondidos.

La noticia de que se iba a rehabilitar la vieja escuela de Juan Rejón, junto a un mirador, motivó a los vecinos a luchar por algo grande: un centro de interpretación y unos terrarios para el lagarto gigante. Creo que todo el pueblo entero está convencido de que sería una gran motivación para todos los gomeros y visitantes ir a ver un lagartario en el que se pueda ver un animal en peligro de extinción cerca de donde se encontró. Incluso he escuchado que hay personas que se plantean abrir nuevos negocios en La Calera bajo esa expectativa.

Hace unos meses, tras los últimos cambios en el proyecto, hasta el Cabildo de La Gomera anunció tal lagartario y el centro de interpretación.

Ahora el panorama es otro. Nuevamente se habla solo de un simple mirador (¡cómo hay pocos en La Gomera!), y de reestructurar la vieja escuela para darle un uso medio raro, allí encima de La Calera, aislado, con oficinas, salas y no sé que más.

Se lleva tiempo intentando que el lagartario se ubique en El Palmarejo, en las instalaciones del mirador de Cesar Manrique, que no es en absoluto el hábitat natural del lagarto gigante. Y ya puedo ver el espectáculo: llegarán las famosas guaguas con los turistas de un día, se abrirá nuevamente el restaurante y el bar en el Mirador (y ya hasta podemos sospechar en qué empresa recaerá la concesión; a mí me huele que a la misma que tiene una concesión parecida en Agulo).

Si algún vecino de Valle Gran Rey cree que eso motivará a alguien bajar al pueblo y pasar el resto de su día aquí, se equivoca. Vuelven todos de donde han salido, al muelle de San Sebastian. Los negocios en Valle Gran Rey seguirán cerrando sus puertas, la gente tendrá que optar por buscar un trabajo fuera o escoger los migajas que ofrecen las grandes empresas o los contratos temporales del Cabildo y Ayuntamiento.

El anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valle Gran Rey quiso apoyar a los vecinos y en un pleno, el actual alcalde Ángel Piñero, entonces concejal en la oposición, dijo claramente que solo existe un sitio donde puede ir un lagartario, en el risco donde fue encontrado. El risco de la Mérica y el barrio debajo del risco se llama La Calera. ¿Habrá cambiado de parecer?

Andrea Witt. Vecina de La Calera.